Entrevista a Emma Díaz – Segunda parte

 

 

 

 

 

 

La semana pasada os pusimos la primera parte de esta entrevista a Emma Díaz, colorista y técnico de postproducción con una carrera profesional de 13 años en la industria. Ha trabajado en distintas series de televisión entre las que podemos encontrar Águila Roja, Física o Química, Los Hombres de Paco y películas como Frágiles, La Caja Kovak o Remake. Aquí tenéis el resto de la entrevista.

¿Hay algún director de fotografía con quien trabajes especialmente bien?

Hay muchos con los que he trabajado bien y me han enseñado mucho, no podría destacar. Para mí, Macari Golferichs ha sido un gran maestro, y Xavi Giménez también me marco porque fue mi primera película, y tuvo mucha paciencia conmigo. Y de ahí también Carles Gusi, Pablo Rosso… Con Carles aprendí mucho porque tiene un ojo…y eso que era su primer trabajo en digital (refiriéndose a La Caja Kovak). En mi vida me he topado con grandes profesionales y cada uno me ha aportado cosas diferentes.

¿Cuál es tu título preferido de los que has etalonado y por qué?

Frágiles para mí fue un reto por ser la primera película que hice y tuve el gran honor de trabajar con Xavi Giménez y, aunque sufrí mucho, aprendí un montón. Sufrí mucho también porque el cine es muy distinto a la televisión. Cuando se hace un etalonaje digital, un intermediate, al ver las pruebas de filmado da mucho susto, hasta que se logra equilibrar la proyección analógica y digital.

La Caja Kovak también la disfruté mucho.

¿Qué película o proyecto te impresiona y te gustaría haber participado en él como colorista?

Millones (se ríe). Traffic, por ejemplo.

¿Buscas referencias visuales cuando etalonas proyectos? ¿En cine, fotografía, pintura, etc.?

Sí, siempre se buscan referencias. Cuando conozco a un director de fotografía me gusta ver sus trabajos anteriores; y muchas veces él o el director de la película te marcan referencias. Es inevitable, todo está hecho.

¿Tienes algún estilo visual que consideres propio o que te guste especialmente?

Es difícil. Para los coloristas de publicidad es más fácil tener una identidad propia, y así los directores de fotografía van a buscarles. Yo no creo que en televisión o cine sea buena una identidad propia. La fotografía ha de enriquecer, es una parte más de esa película y no una forma de lucirse. Si el espectador se fija en esa fotografía porque sea bonita, para mí, es un fracaso. Tienes que ponerle a cada proyecto lo que se necesite para ese proyecto, no ir en su contra porque a ti te guste más un estilo.

¿Cómo ves el futuro de la corrección de color?

Hablando de cine, me imagino que el futuro va hacia la proyección digital, saltándose el paso analógico. Con cámaras como Alexa o Red One en logarítmico, los equipos y la imagen con más definición, cada día tienes más rango y más capacidad de tocar, entonces será muy divertido.

¿Qué le dirías a las personas que quieren iniciarse en la profesión de colorista?

Que aprendan inglés y se vayan de España (se ríe). Es que es complicado iniciarse. Es una profesión un poco ingrata porque cuando el trabajo está bien hecho eso no ha de resaltar, lo que tiene que hacer es pasar bien. Pero sobretodo que vean mucho cine y nada, que ánimo.